El rock en Mar del Plata¿Hay lugar para las bandas?La poca cantidad de boliches para tocar. El exceso en los precios de los lugares chicos y la imposibilidad de sonar en los sitios grandes. El rol de los medios en el ámbito de la música. Todos tienden a emigrar o disolverse.Es muy sencillo saber de la vida del Rock en la ciudad de Mar del Plata ya que al caminar y recorrer sus calles, la desinformación es invadida por los afiches, carteles y panfletos mientras las pautas publicitarias hacen lo propio por los oídos del simple transeúnte.
Se podría decir que la gran variedad de opciones que tiene uno por fin de semana es un orgullo, pero en realidad es un síntoma de una grave patología. El recambio no es más que una necesidad ante la preocupante falta de lugares para tocar, los elevados costos de los mismos, el menosprecio del público hacia el músico marplatense y la carencia de apoyo, que generalmente llevan a la defunción o a la emigración de las agrupaciones musicales.
“Yo creo que hay muchas cosas buenas, pero complica el hecho de que no haya lugares para las bandas nuevas. Hay un montón de lugares donde supuestamente tocan grupos, pero no es así, es decir que son agrupaciones de covers”, dice Leonardo Poletto, productor y músico de la ciudad.
Para los “nuevos” solventar los gastos es casi irrealizable, en los últimos 10 años el precio de alquiler de una fecha ha aumentado 4 veces, y los bares prefieren a las bandas de covers antes que gente que componga su propia música. El público parece tener “fobia” a lo novedoso, lo desconocido y lo emergente, prefiere escuchar los temas de siempre, los que ya conoce.
Esto se debe principalmente a una desestimación de la oferta marplatense; Pepo San Martín de Científicos del Palo dice que esto no sucede solamente en la música, “el mejor caso es el de Juan Esnaider, que en España jugó en el Real Madrid y acá le gritan fracasado por la calle”, argumenta el guitarrista.
Esto resulta paradójico debido a que bandas de la ciudad son generalmente muy admitidas en otros lugares y por profesionales. Los Tipitos recientemente han editado “TipitoRex”, un disco en vivo en el Teatro Gran Rex de gran aceptación por lo critica, que sucede al exitoso “San Camaleón” que vendió miles de placas en todo el país y recién ahora es valorada por el publico local. Pepo San Martín ha sido guitarrista invitado en la gira nacional “Vivo Acá” de Divididos, y fue catalogado como “un pequeño Hendrix” por el mismo Ricardo Mollo, y en los recitales realizados aquí su audiencia rara vez supera las 300 butacas. Corderos es todavía muy recordada en los pubs y bares platenses. Ligeia Circus ha logrado gran aceptación dentro de la movida under porteña y se ha contactado con nuevos valores como No Lo Soporto y Bicicletas para la realización de fechas. Pero algo raro sucede, la ecuación parece indicar que para ser reconocido en la ciudad es necesario triunfar primero en Buenos Aires.
En Mar del Plata la cosa está difícil: no tenés donde hacerte escuchar, los medios de difusión no logran abarcar todo el caudal de propuestas, y para colmo la gente no presta interés en las Pymes del rock.
Como en toda regla siempre hay excepción y existen seres que apuestan a “la feliz”. Del lado de las bandas: los ambiciosos proyectos de Poletto y cia. siempre estuvieron direccionados hacia aquí, RonDamon es la banda residente que más convoca y la apuesta sigue siendo la ciudad, lo mismo sucede con las punks Mal de Parkison y The Garkas.
De lado de las alternativas, hay mucha gente trabajando a favor de movida rockera: El ciclo Generarock de la Biblioteca Municipal, los festivales en Centros Culturales y el multifacético Alfredo Di Florio y sus compilados cooperativos (Vasta Marea), sus muestras de video-clips gratuitas y su reciente ranking de bandas locales que surgió hace apenas semanas en el aire de FM Rock & Pop Beach, son algunas de las posibilidades que el artista tiene a su alcance para poder darse a conocer.
Se hacen cosas muchas cosas, quizás no las suficientes, pero se nota dedicación y ganas de salir adelante para poder revalorar esa cultura y reivindicar la historia y los grandes productos que Mar del Plata vio nacer. Los comerciantes son comerciantes, a eso no hay que buscarle la vuelta, es inútil reclamarles solidaridad y compresión en un esquema en el que matemáticamente la demanda de espacios es garrafal a causa de la variedad y cantidad de músicos con ganas de expresarse.
Visionarias palabras las del filosofo italiano Luca Prodan cuando consigno “Quiero Dinero” al mandato chabanezco, que parece priorizar la artesanía al arte.
Uno diría que para ser músico solo basta con tocar, pero esto no es así. Hay que saber aprovechar todas las oportunidades, alternativas y relaciones, tomar los riendas de la publicidad y realizar una eficaz difusión para mantenerse y no fundir motores a mitad de camino. Parece haber preocupaciones más elementales que saber los acordes y mantener bien afinada la guitarra.
Lugares chicosSegún Alfredo Di Florio -Periodista y productor en Rock & Pop Beach y Columnista de Espectáculos en el Diario La Capital- no hay lugares para las bandas en la ciudad. “Boliches oficiales donde uno puede tocar legalmente hay dos: la Vinoteca
Perrier y la Mula Plateada. Después tenés los lugares municipales o provinciales, que serían los alternativos, en donde prácticamente hay que hacer un curso para que te den la fecha”, refiriéndose a las salas pequeñas del Auditórium (Nashman o la Bodega) y la Sala A de la Biblioteca Municipal. Pero “hay que donar sangre... no se que hay que hacer porque es una cosa tan burocrática que da miedo”, dice festivamente el Director de Programación de FM 98.9 Rock & Pop Beach.
La tercera opción para los nuevos es el Centro Cultural Cortazar pero como bien recuerda Di Florio, el mismo carece de los permisos correspondientes para tales espectáculos y se corre el riesgo de que la policía confisque todos los equipos e instrumentos. Lo mismo sucede con los bares, “si un vecino levanta el teléfono, no solo se te cortó el recital sino que se te pudrió todo”.
Para las jóvenes promesas sonar es un camino cuesta arriba. Maxi de Eskarlatina afirma que es muy difícil conseguir un lugar, para ellos el más apto es la Vinoteca Perrier porque por el tipo de música que realizan (Ska) es necesario que la gente pueda bailar, saltar y moverse pero nos cuenta que mucho ahí no les gusta tocar porque “el dueño cobra mucha plata y al final tocas para él”. Los chicos de Eskarlatina al no encontrar un lugar que los promueva y apoye, eligen tocar en bares como Baambhuda o El Pastor, donde corren ciertos riesgos pero se permiten llegar a la gente. Las otras opciones que barajan y utilizan a menudo son el ciclo GeneraRock de los viernes a la noche en la Biblioteca Municipal, y la organización o participación en festivales.
La reconocida agrupación Pino en una entrevista que mantuvieron con Gustavo Sala en “Maldita Radio” (FM Rock & Pop) recordaba que hace diez años el alquiler de la Vinoteca era de $150 y la entrada se cobraba $1, por lo que se hacia accesible tocar solo. Pero el incremento de los precios en la contratación de fechas hace que las bandas tengan que necesariamente juntarse y organizar mini-festivales para costear los equipos y no perder dinero en el intento.
Alfredo Di Florio cree también que es imposible tocar solo. “En Vinoteca te sale $300 o $400... tenés que cobrar la entrada $5 y la gente no te la quiere pagar”, dice el periodista, que afirma que existe un menosprecio hacia el artista local, ya que el público paga alrededor de $30 para ver “a cualquier gil que viene de Buenos Aires” pero no los $5 para ver propuestas de acá. “Tenés que rebajarte, pedir permiso y casi rogar por favor que te vayan a ver”, afirma quejosamente Alfredo Di Florio, quien sabe de lo que habla ya que también es músico en dos grupos: Te Traje Flores y Traidores.
Lugares grandes
Parecen no existir las medias tintas en cuanto a infraestructura en la ciudad. De los reducidos Mula Plateada y Vinoteca Perrier nos vamos a los imponentes SUM y Gap, que tienen capacidades de hasta 900 y 1800 personas respectivamente. En realidad ambos sitios, según la política de “un metro cuadrado por persona” tienen legalmente permitido albergar a 550 y 1000 personas, pero se sabe que estas capacidades son ampliamente superadas a pesar de “la paranoia Cromañon”.
Los agraciados que puedan llenar las plazas pequeñas aún están muy lejos de rellenar un moustro como los ya citados. Alfredo Di Florio hace la siguiente comparación: “Ponele que yo llene con 300 personas algún boliche normal, eso en los lugares grandes no es nada... en Gap entran 2.000 personas. Ahí 300 personas es como que haya 10 personas en Vinoteca”.
En la ciudad no existen espacios intermedios que acompañen el crecimiento de las agrupaciones. El único lugar que servía de peldaño era Elvis, que ha sido demolido y trasladado para convertirse en una suerte de café concert donde no faltan los tributos a cantautores españoles. El viejo Elvis recibió no solo a grandes baluartes locales sino también a figuras como Charly García, Attaque 77, Bersuit Vergarabat, entre otros. Su capacidad rondaba las 500 personas y fue muy útil para agrupaciones consagradas de la ciudad como Dios Los Cría, Corderos, Ubika y Lokero. El local cambio su concepto y optó por cambiar de público.
La “muerte del Rey” dio paso al nacimiento de estos grandes y nuevos lugares, que se vuelven inalcanzables para la mayoría. Di Florio cree que uno puede mentalizarse y tratar de llenar Gap, pero si a una agrupación le cuesta alrededor de dos años rebalsar ese lugar, matemáticamente, Gap va a costar diez años más y se pregunta “¿vos vas a seguir con esto de acá a diez años? Es hasta una locura proyectar ese tipo de cosas, no tiene sentido”.
Medidas Cromañon
Todos las confiterías bailables, discotecas, clubes, confiterías, bares dancing, y afines necesitan cumplimentar con una serie de medidas y estructuras de seguridad antisiniestral, que son exigencia luego de la tragedia de Cromañon. Algunos sitios debieron rediseñarse a partir de esto, como es el caso de La Vinoteca Perrier y Elvis, y otros simplemente implementaron pequeñas modificaciones, como La Mula Plateada.
Para que un local sea legal debe contar con una certificación de la Superintendencia de Bomberos que debe ser actualizada en forma trimestral, poseer un seguro de Responsabilidad Civil que cubra la integridad física de las personas dentro del establecimiento, acorde con la capacidad del mismo y tener un Plan de Evacuación, suscripto por un profesional matriculado idóneo en la materia, entre otras cosas.
Estas necesarias cuestiones son generalmente la excusa de todos los propietarios a la hora de responder al cuestionamiento de sus elevados precios por el arrendamiento de sus espacios. Aunque las normas de capacidad máxima no se respeten, así como la permanencia de menores de edad después de las 00 hs. y tampoco la correcta señalización de las salidas, los empresarios parecen ser las victimas.
Difusión
Al tener tanta oferta musical y tan pocos lugares para tocar, los artistas hacen lo imposible para darse a conocer. Eskarlatina, por ejemplo, tiene un fotolog (un álbum de fotos en Internet), realizan muchas cadenas de mails, afiches y volantes que reparten a la salida de lo recitales. Muchos “suben” canciones a la Red para que puedan ser escuchados.
En cuanto a medios más tradicionales, la limitación es difícil de esquivar. Di Florio cree que podría ser mejor pero que mucho no se puede pedir ya que tampoco hay mucho para reclamar: solo existen dos radios dedicadas al rock (Rock & Pop Beach y D-Rock), una sola columna en el diario (la del mismo Alfredo Di Florio) y no hay revistas del genero. Lo único que ha proliferado son los portales y blogs culturales.
Este multifacético periodista ha trabajado en ambas radios y asegura que se le da la suficiente cabida al rock, pero dice también que son insuficientes. Cree que lo ideal es que haya cuatro o cinco emisoras, para exista la posibilidad de hacer giras de prensa. Según su opinión, si una banda suena un mes en D-Rock luego tiene que esperar cuatro meses más para volver a sonar porque tiene a otras bandas atrás de ella que también quieren hacerse escuchar por lo que no se puede estar todos los días en el medio.
Por supuesto existen otras campanas no tan satisfechas con el tratamiento que brinda la prensa. “El otro día escuchaba una pauta de Dios los Cría en la que se auto proclamaban ‘la mejor banda de rock marplatense’. ¿Rock marplatense? ¿qué es una categoría? ¿a dónde hay que anotarse? (risas)”, dice Pepo San Martín (Voz y guitarra de Científicos del Palo). Él cree que existe un reiterado ataque de los medios cuando catalogan de esa manera y que sostiene que hay una diferencia entre calidad y dinero recaudado.
El apadrinado de Ricardo Mollo agrega, “en GAP te lo venden así, ‘Fin de Semana con lo mejor del rock nacional: Dios los Cría - Las Pelotas’, y es cualquiera. Si lo van hacer con ese slogan que lo pongan con otra gente porque decir que Dios los Cría y las Pelotas son pares es una mentira”. El artista recalcó sobretodo que establecer que algunas bandas son importantes y el resto no, es algo estúpido y desleal.
Movida marplatense
“No existe una movida marplatense” sentencia el músico y periodista Alfredo Di Florio, “hay un montón de bandas que tocan, que no es lo mismo”, continúo. Asegura que en primer término no hay un público de rock en Mar del Plata que quiera ver a músicos de la ciudad, y en segundo lugar que “la movida” no está a causa de que no hay una cohesión entre equis cantidad de bandas como para generar tal cosa. Ejemplifica a la perfección al citar a la escena hardcore de New York y al movimiento country de Ohio, donde hay 10 bandas que “agitan” a esa corriente y la gente va a ver ese puñado de agrupaciones, como sucedió durante los ’90 con el grunge en Seattle.
Hay una diversificación de sonidos en la ciudad que impide establecer un sello con nombre propio y realizar un agrupamiento. Por ejemplo, en el reagge hay excelentes músicos –Ron Damon, Fiel Servidor, La Valentina- pero son insuficientes para valorar como corriente.
El encargado de la programación local de Rock & Pop cree que el problema es la gran cantidad de oferta y la poca demanda. “Un montón de veces escuchas que te dicen ‘...uh loco, fue un garrón el recital’ porque le fueron cincuenta personas, y no es un garrón, es la gente que te corresponde de la gran torta de publico que hay. Si los tipos que van a ver recitales son 200 en total, que a vos te vallan a ver 50 esta bárbaro, es el 25 %. Numéricamente te tendrían que ir a ver tres personas”.
El encargado de hacer más empinado el camino no parece ser otro que el “prejuicio”. Porque la calidad de algunos de los músicos de la ciudad ha despertado el interés de grandes personalidades como por ejemplo Ricardo Mollo de Divididos que producirá el próximo disco de Científicos del Palo (Indigencia y distancia) y que se ha llevado más de una vez a Pepo San Martín a girar junto a ellos, otro caso es el de Pedro de Alto Camet que ha tocado la batería junto a Gustavo Cerati en algunas oportunidades, o el caso de Loquero que tiene aceptables giras por Europa pero en la ciudad todavía no ha logrado consolidarse. Si se fijan los que saben ¿por qué no nosotros?.
El líder de Científicos del Palo cita un show electrónico que realizó la banda para experimentar y cuenta que la primera reacción de los fans fue negativa para su sorpresa. “La gente siempre quiere lo mismo, ¡es increíble! Vos ves a Piero y ¡loco! ¡Roba -en el buen sentido- con lo mismo hace como treinta años!, pero si hace otra cosa lo cagan a piedrazos (risas)”. Y para reforzar su teoría recuerda cuando Los Redondos empezaron a incursionar en lo electrónico y la que el Indio decía “si yo con 50 años lo entiendo ¿como pibes de 25 no soportan que nosotros cambiemos?”.
Alfredo Di Florio cree que sería fundamental lograr que los medios nacionales hablen de un “rock marplatense”. Que la música de acá logre llegar al SI de Clarín, al No de Página/12, a la revista La Mano o a la Rolling Stone, para que se empiece a prestar atención de lo que realmente ocurre en la ciudad y empiecen a pasar otras cosas, porque “que halla 300 o 400 bandas en una ciudad donde hay solamente dos lugares (Vinoteca Perrier / La Mula Plateada) para mostrarte es desquiciado”.
Emigrar o disolverse
Las bandas marplatenses parecen tener dos destinos inevitables: radicarse en Capital Federal o disolverse ante la frustración.
Los Súper Ratones y Los Tipitos fueron algunas de las primeras agrupaciones en emigrar hacia Buenos Aires, le siguieron Dios Los Cría, Ubika y Lokero, entre otras. Las dos primeras han logrado un aceptable nivel que conllevo años y años dedicación debido a que en cierta forma hay que volver a empezar.
“Irse a vivir allá, es donde hay que estar”, dice Pepo San Martín, “si lo que se quiere es tener una banda y además comer”. Científicos del Palo tiene esa opción en mente y la evaluarán seriamente el día que su “aparato” sea colapsado por tanto viajar.
“Las bandas que dan el salto a Buenos Aires son las que ya se determinaron entre triunfar o morir”, dice Di Florio y recuerda que Ubika se mudó a allá hace 5 años y no ha trascendido como para justificar el destierro, lo mismo sucede con La Colgada que se marchó hace un año y dejaron familia y trabajo acá y tampoco lograron explotar. “Es todo empezar de nuevo, la mayoría opta por lo mas sencillo que es dejar de tocar”, opina.
Leo Poletto, músico y productor, ha viajado mucho hacia Buenos Aires cuando tocaba en Corderos a principios del año 2000. El ahora líder de Cabrío cree que la gente de allá no le da mucha importancia a las bandas under. Dentro del marco de Proyecto Under, bajo la organización de Zeta Bossio (ex Soda Stereo), participaron de una gran cantidad de festivales y cuenta que las dos bandas que más personas llevaron eran ellos y Dios Los Cría, y resalta que era muy poco público. Poletto dice que siempre tuvo más aceptación en el interior de la provincia.
Los resignados o los sin suerte siguen el camino citado por Di Florio. Muchas agrupaciones se separan ante los infortunios o la imposibilidad de mantener dos trabajos. El comunicador social trae a la memoria a un caso emblemático: Caballeros de Pedro Juan. Esta banda generó una música vanguardista que fusionaba el rock y el folklore, mucho antes que Árbol o Los Visitantes. A pesar de dar su talento, pasaron sin pena ni gloria luego de editar tres discos.
En octubre del 2006 se retiró Kainoas, que aglutinaba a la tropa new metal de la ciudad y el respeto del público tras haber brindado un show en el Cosquín Rock y haber editado un disco. “Lo que sucede es que te gana la frustración, Mar del Plata tiene un techo muy bajo”, añade entre dientes el entrevistado.
Voz calificada
Mientras ultimaba los detalles de este artículo empecé a cuestionar el rumbo que había tomado el mismo, no necesariamente porque haya creído que existía una "pifia" sino porque soy un ser humano... y como todos... cuestiono hasta lo incuestionable.
Entonces se me ocurrió hacerle las dos mismas preguntas que yo me hice al empezar a escribir (¿Hay lugares para tocar? ¿Va el público a ver bandas?), a un gran entendido en el tema como lo es Leo Poletto.
Y más allá de todas las entrevistas que le van haciendo el camino a esto, resultó interesante experimentar y dejar librado casi al azar la convivencia de ambas notas. Podría haber salido mal.. porque Leo al basarse en solo dos preguntas, podría haber opinado diferente o interpretado las cosas de otra manera, pero no. Y es genial poder tener un articulo de él acá, ya que sin ninguna obligación ni necesidad y sin haber leído lo escrito por mí... Leo se tomó el trabajo de hacer lo que les dejo a continuación:
Las eternas preguntas del músico marplatense
por Leo Poletto
Las respuestas son varias e incluyen un abanico de problemas y responsabilidades, así que vamos por partes…
Los lugares para tocar son pocos por varias razones: para habilitar un bar para que toquen bandas te piden (en especial después de la tragedia de Cromañón ) características muy complejas de construcción, cosa que son justas y seguramente necesarias, pero que aleja a un posible pequeño empresario de la idea de que con una mínima inversión, se pueda poner un bar y que toquen grupos. Dentro de esa habilitación habrá que incluir una insonorización para no molestar a los vecinos, que con las normas que piden, seria mas fácil construir un bunker para Bin Laden . Digo yo una cosa: en otros lugares, digamos en EE.UU., ¿los bares donde están? ¡¿En el medio del campo?!
El problema puntual del volumen radica en que una banda de Rock no “puede” sonar bajo: es decir, no es música para escuchar mientras tomas un Martini seco o comes pizza con champagne. Si mientras tocas una canción desgarrándote el alma, el murmullo general te tapa la mitad de las frases, estas en problemas. Acá muchos dirán “…yo voy a un montón de bares y tocan bandas con un sonidito re pedorro, y no se quejan si el público no les da bola o le eructan en la mitad de un solo…”. Acá es donde entra otro factor decisivo de esta ecuación: las bandas de covers.
Obviamente no voy a hacer ningún juicio de valor, porque no es justo, porque yo también toque en bandas de tributo, porque hay muchas que lo hacen muy bien, y porque esta bueno que existan. Ahora bien, la agrupación de covers tiene ciertas ventajas con respecto a la que tiene temas propios, estas son: reconocimiento inmediato, en cuanto empezás con un tema de rock nacional o internacional popular, la gente empieza a cantar con vos, esta bárbaro.
Otra, te pagan: cosa casi olvidada en el circuito de bandas con temas propios, en la mayor parte de los casos todo termina en “favores” para los que te invitan a tocar, o incluso te hacen sentir que son ellos los que te hacen el favor a vos (¿!!!) Es increíble, en un festival cobran absolutamente todos ( sonidista, iluminador, fletero, plomos, organizadores, patovas..) , salvo… el músico! El único infaltable es el que no cobra! Porque puede haber re buenas luces, re buen sonido… pero si no hay artista, todo eso no tiene razón de ser.
Las bandas de covers pueden tocar con “un sonido pedorro” ( no todas lo hacen ) o inexistente, porque al tocar temas muy conocidos por el público, éste los escucha bien de todas maneras, uno puede “seguir” mentalmente el tema original a través de la banda que lo interpreta, por mas que no suene tan bien. Esto es un lujo que la banda de temas propios no se puede dar: si encima que presentas temas que la gente no conoce, se escucha choto, la gente no va a decir: “ que lástima que el sonido es tan chico”, va a decir seguramente ”que banda mas chota”!! y es lógico porque no va a entender nada!!! Por eso a veces uno queda como marciano con las “exigencias” hacia los bolicheros, que te miran como: “y estos quienes se creen que son?!!!.. los Rolling?!!!” o directamente te contestan: “ andaaa!!! Si acá viene una banda de covers, me llena el lugar mas que ustedes y no tengo que poner ni sonido”.
Como se puede ver, la cosa se hace difícil, si a eso le sumamos que con temas propios no se puede tocar tan seguido, lo que significa que tocar cado uno o dos meses salís hecho con todos los gastos ( sonido, luces, afiches, tandas radiales, cuerdas, palos, parches, sala de ensayo, flete, grabaciones de demos, duplicación de los mismos, etc…) que la banda tiene que afrontar, la primera impresión es que no hay suficiente circuito como para un músico que interpreta su propio material.
El hecho de que en nuestra ciudad caigan en verano infinidad de artistas consagrados, no parece ser de lo mas perjudicial para el músico local, éste muchas veces se tiene que guardar en verano por no poder competir, pero también porque la mayoría de los trabajos de la ciudad (inclinada mayormente a lo turístico) exigen mas tiempo en la temporada, y al no ser profesional, es decir no puede vivir de la música, nuestro artista local tiene que laburar (extramusicalmente) el doble que en invierno. Por otro lado, yo he tenido (con Corderos y Cabrío) la posibilidad de tocar con unas veinte bandas consagradas de Capital y si bien las condiciones técnicas a veces no fueron de las mejores, muchas veces te acercan público que de otra forma no te hubiera visto, y además podes aprender lo que es el manejo de escenario de una banda con muchas tablas…
También creo, con un par de años en esto, que no es imposible, mi experiencia con Corderos fue de cinco años con más de 150 shows, tanto acá como en el interior y Capital Federal. Lleva MUCHO esfuerzo, pero si uno toma a esta pasión como una profesión, es justo dedicarle varios años de aprendizaje, esfuerzo y dinero en generar una carrera exitosa, ni mas ni menos que como lo tiene que hacer cualquier profesional y pasarse años de estudio en la facultad, con un trabajo de otra cosa, sin poder utilizar el dinero en joda porque hay que bancar el estudio, y quedándose hasta cualquier hora para repasar y dar un final.
La respuesta simple, directa y sincera es: No, no hay suficientes lugares para tocar, y no hay tanto publico de bandas, pero quisiera sacar algo positivo de todo esto, porque no da que ningún músico más de la ciudad tire la toalla, con tantos talentosos que tenemos y vendrán…
Cuando la gente ve y escucha algo digno, serio, comprometido y rico artísticamente lo apoya, quizás no lo haga inmediatamente, seamos pacientes y perseverantes, pero lo va a terminar por adoptar como propio, cuanto mas bandas elijan el camino difícil, que significa entregar algo mejor, habrá mas público que lo reciba y mas bolicheros interesados en esas bandas de nivel.
Quizás todo sea una cadena que se tiene que alimentar del único eslabón que no pude faltar: El Músico.
Leo Poletto
Quiero agradecer a todos los propietarios de bares de Rock en los cuales hemos tocado durante tantos años, y en especial, dedicar este pequeño artículo a los dos íconos locales, que han apoyado y visto pasar a tantos artistas sobre su escenario: Nube (Vinoteca) y Walter Rúa (Elvis, como te extrañamos!!!)
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Leo Poletto es un reconocido músico y productor de la ciudad de Mar del Plata. Su agrupación Corderos, que se disolvió a mediados de 2003, marcó un estilo dentro de la escena del Hard Rock local y ha influenciado a gran cantidad de músicos.
Junto a Tato Moizé, también integrante de Corderos, empezaron a gestar desde hace dos años lo que hoy es Cabrío en conjunto con Claudio Soria (batería) y Ariel Martín (bajo). Luego de la accidentada relación y posterior desvinculación con el sello discográfico Epidauro, la flamante agrupación prepara para Marzo lo que será su primer larga duración.
Poletto es productor artístico desde 1996 y lleva grabados más de 60 discos completos, que incluyen a bandas como Ligeia Circus, La Ira del Jacke (La Plata), Arisca (Inglaterra), ¿Qué querés?, discos de tango y obviamente “No me dejes caer” de Corderos.
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Agradecimientos: Gracias a todos los músicos que apoyan esta iniciativa, un lugar totalmente desinteresado y dedicado pura y exclusivamente al rock de Mar del Plata... Mil gracias a todos los entrevistados, a las bandas por hacernos sentir como en casa, al gran Alfredo Di Florio, a J y Beto y un agradecimiento muy especial al querido Leo Poletto por bancarnos y dedicarnos tiempo...
Gracias a los lectores... esperamos que sean cada dia más y que participen cada vez más!!
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